miércoles, 2 de junio de 2010

Editorial Nº3

¿El mejor oficio del mundo?


 (Ricardo Arancibia)

Recordando la frase de Gabriel García Márquez (que originalmente no tiene signos de pregunta por su puesto) sobre su pasión, el periodismo, comenzamos a abordar un tipo de emprendimiento con características singulares: el emprendimiento periodístico. Además de la concentración de los medios de comunicación que encontramos en nuestro país y la sobre población de egresados de las escuelas de tal profesión, el objeto o el producto con el que trabaja un periodista, algunas veces es mal mirado y el resto de las veces no se le da el valor que posee intrínsecamente la información noticiosa y la comunicación de ésta. Podríamos hablar más de un servicio que de un producto. Véase como se quiera, este material afecta la sociedad entera. Y su influencia oscila entre el atontamiento de generar interés en la vida privada de otros, hasta el rescate de los derechos básicos de un ser humano en sociedad.


Los jóvenes egresados que tienen como norte la responsabilidad social de la profesión, chocan con un escenario que claramente no les permite realizar sus precoces utopías. En tal contexto el emprendimiento periodístico pareciera una obra social, o en algunos casos hasta un ejercicio de satisfacción personal, en donde lo humano se hace tan singular que sólo afecta e interesa a su emisor. Pocos emprenden en esta área esperando llegar a tener una gran compañía, como sí sucede en otros rubros. Mas el cambio de esta mentalidad en el sentido correcto y el aprovechamiento de esos espacios, a veces invisibles, que genera la concentración de los medios de comunicación, son acciones claves en pos de un emprendimiento periodístico exitoso.

Ni caridad ni codicia, profesionalización sería quizás el punto medio e ideal que debería asumir quien se aventura de manera independiente con una empresa periodística. De seguro el exceso de romanticismo con la profesión y la falta de rigurosidad siempre darán como resultado una mala experiencia. Sin negar que el Estado debiera tener una potente política que permitiera una diversificación de los medios informativos por medio de apoyos concretos, hasta que esto no suceda quedarse con los brazos cruzados es tan irresponsable como la ceguera de los políticos ante la necesidad de que exista un buen sistema informativo para una mejor democracia.

Y cuidado, profesionalización no significa que el periodista se transforme en una multifuncional del emprendimiento, llegando a conocer de todas las áreas. Significa asumir las necesidades y acudir a quienes saben, ya sea en el área de marketing, finanzas, diseño, y así otras con las que todos los emprendedores deben aprender a lidiar de alguna manera.

Ahora, sí es profesionalismo el conocer bien el contexto social en que vamos a emprender y que el periodista se vea a sí mismo como un profesional de las comunicaciones. Al hacer el ejercicio de buscar la palabra “periodismo” en el último informe 2009 de Global Entrepreneurship Monitor (GEM), obtendremos ningún resultado coincidente. Mas esto no significa que la profesión no este relacionada al emprendimiento, falta adoptar una perspectiva distinta, entendiendo que al buscar la palabra comunicación aparece más de 15 veces cumpliendo una función mediática en la sociedad.

Respecto a la concentración de los medios de comunicación, que se levanta como un gigante con al que nadie puede enfrentársele, las tendencias nos dicen que es tiempo de sacarla de su olimpo. Todo se está concentrando en la web 2.0, a la que también recurren los grandes medios, el punto es que actualmente sitios como Newsday.com, The Wall Street Journal y Financial Times están comenzando a cobrar por sus servicios online. Y es que grandes compañías requieren grandes ganancias, y por allí los que no son “grandes” tienen una oportunidad en Internet.

Además hay algo de lo que siempre adolecerán las inmensas compañías: cercanía a lo real. No a la realidad que quieren mostrar, sino a la que sucede en nuestras ciudades y barrios, y la realidad es la materia prima de un periodista. Por allí tanto el profesionalismo, como el aprovechamiento de las nuevas oportunidades que nos da el contexto en que estamos, debe ser canalizada, para además de lograr sacar adelante una empresa exitosa, pueda salir adelante la sociedad.

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