martes, 29 de junio de 2010

Editorial Nº5


El convidado de piedra
 (Por Sebastián Bustos)

Como se ha de haber notado gracias a nuestras ediciones anteriores el tema del emprendimiento no es tan idílico como parece y no es una solución inmediata a los problemas, tanto de las personas como la economía general de un país. Emprender o crear un plan (único sinónimo útil en este caso), es un proceso que tiene muchas partes, por lo tanto la probabilidad que falle por algún percance en una de ellas es muy alto. Frente a esto parece lógica la necesidad de algún tipo de asesoramiento respecto de cómo actuar frente a dicho proceso.


Francamente el mercado no se encuentra en uno de sus mejores momentos, pese a parecer recuperado de la crisis mundial que lo abatió a finales de 2008, existen sectores que aún se encuentran recobrando fuerzas y no del todo recuperados. Aún así el estado no ha disminuido los fondos orientados al emprendimiento ya que es uno de sus principales estandartes en el área económica, tan solo recordemos el plan del Presidente Piñera para lograr 100 mil nuevos emprendedores. Pese a los planes de la nueva administración no se ha notado un gran cambio en las instituciones gubernamentales orientadas a potenciar los planes de emprendimiento de las personas, las informaciones siguen siendo algo lejanas de las personas y los procedimientos básicamente los mismos.

 


Frente a esto es necesario hacer énfasis en el principal problema detectado en el emprendimiento, gracias al proceso de desarrollo de nuestro blog, en el reporteo y entrevistas hechas a lo largo de este proyecto, todo el proceso periodístico nos ha arrojado un gran resultado: “La educación económica general es la que mayores deficiencias presenta”. La falta de recursos y de medios para acceder a estos, pese a no ser los mejores, no son la raíz principal del fracaso de las experiencias de los emprendedores chilenos, específicamente de la quinta región. Existen una serie de instituciones orientadas a informar respecto de los fondos disponibles y de cómo acceder a ellos, el problema es que luego de contar con el capital, el desarrollo de la idea no es el mejor.


 

La diversificación o exploración nuevos nichos de mercado no parece tener la importancia que debida, de forma micro claro, ya que nuestro taget no son emprendimientos empresariales propiamente tales, es decir empresas de pequeño o mediano tamaño, sino proyectos iniciados por personas comunes que ven en esta actividad una oportunidad de surgir. Es en esta parte del plan en el donde la mayor cantidad de personas “caen”. Por lo tanto como medio nos preguntamos ¿A que se puede atribuir este fenómeno? Y la respuesta se genera por antonomasia “Falta de orientación y educación”.






 

 Con educación no nos referimos a dar clases de macro economía, respecto de las variaciones del IPSA, NASDAQ O NAFTA, o acerca de las variaciones de los fondos más rentables de inversión, o incluso de las teorías económicas basadas en la maximización de recursos o compra de un activo con la esperanza del que el mismo reditúe (especulación), sino acerca de economía básica, que debe orientar al emprendedor respecto de cómo administrar gastos, cuáles son las formas de crédito más plausibles a su situación económica, como funciona el interés, reglas básicas de oferta y demanda. Buscamos una enseñanza que junto con entregar herramientas, deje una actitud de emprendimiento, y que dentro de sus objetivos principales incentive a la búsqueda de nuevos mercados, respecto de la venta o promoción de nuevos productos o servicios.

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